Aunque vivimos en un mundo donde la mayoría de la gente pasa muchas horas sentados en una silla, pero esto no es excusa para que vayamos perdiendo los hábitos de hacer una buena sentadilla a la hora de hacer cosas tan básicas como recoger un objeto del suelo. Los beneficios de las sentadillas son tantos, que no deberíamos dejar de practicar este ejercicio/movimiento con el tiempo.
Volver a aprender a hacer la sentadilla no es tan sencillo como simplemente hacer unos cuantos miles de sentadillas con peso corporal. Los principiantes y las personas con movilidad limitada podrían, no ser capaces de hacer profundamente las sentadillas. No importa si nuestras rodillas se echan hacia adelante de los dedos un poco, pero siempre debemos estar seguros de que nuestros talones estarán en contacto siempre con el suelo, con el peso distribuido uniformemente a través de los pies y los dedos. Por otro lado, está bien que nos inclinemos hacia adelante en la parte inferior de una sentadilla peso corporal, cuando se está trabajando en la movilidad en lugar de la fuerza, pero tenemos que tratar de que la espalda permanezca recta siempre que podamos. Otro aspecto fundamental para hacer sentadillas, es que deberemos asegurarnos de usar tacones planos durante su ejecución, con el peso uniformemente distribuido a lo largo de los pies y los dedos.
Con el tiempo, una vez dominado el hecho de romper la paralela entre la rodilla y la cadera, el siguiente paso debe ser el de ponerse en cuclillas con un pecho en alto y hacia atrás, hasta que nuestros tendones se pongan en contacto con nuestros gemelos en la posición inferior del movimiento. Esto es lo que se conoce como “culo a al suelo” o ATG. El pecho alto y la espalda recta, es un gesto técnico que podría costarnos un tiempo, así que hasta que eso sea posible, trataremos de permanecer tan vertical como nos sea posible. Si estamos teniendo dificultades para mantener los talones hacia abajo, sugiero que nos apoyemos al marco de la puerta u otro objeto firme, con el fin de mejorar la estabilidad. Nos deberemos agarrar fuertemente, tratando de mantener los hombros relajados a medida que nos sentamos sobre nuestros talones, bajando tan profundo como podamos. Manteniendo los talones plantados, empezaremos a pensar en flexionar los tobillos para que nuestras rodillas se echen hacia adelante, en línea con sus dedos de los pies. Con el tiempo, aprenderemos a confiar cada vez menos en el apoyo del objeto y empezaremos a encontrar el fondo de una sentadilla profunda sin necesidad de apoyo.
Beneficios de las sentadillas
A continuación, tras haberos explicado algunos consejos prácticos para este movimiento, procedemos a enumeraros algunos de los principales beneficios de las sentadillas: Mejora de la movilidad de la cadera Mejora de la movilidad del tobillo Mejora la fuerza en la columna vertebral, y a la vez, la hace más saludable Mejora la mecánica del movimiento de agacharse Fortalece las articulaciones del tren inferior Fortalece los músculos del abdomen
Es un liberador de hormonas anabólicas (testosterona, hormona de crecimiento…), de forma natural Mejora el rendimiento en otros ejercicios, como el peso muerto e incluso en el press de banca (aunque parezca absurdo)
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